domingo, 11 de agosto de 2013

Días de Luna.

Dijeron que no preguntaste por ella, yo no estaba presente, pero se que te quedaste mirando , como si tu mirada la buscara, y todos sabían la culpa de tu nerviosismo, del sudor que caía pro tu frente y de la sonrisa inquieta.

Dicen que no preguntaste por ella, que no te importo el mas mínimo detalle que ella no apareciera. Pero todos describieron la forma en que tus ojos dejaran de brillar, la caída de tu mirada, el secuestro de tu sonrisa y el constante cambio repentino de velocidad de tu respiración, eran indicios que la poca esperanza que tenías de verla, estaban consumiéndose.

Fueron demasiados días de luna, demasiados días escondidos, muchos atardeceres mirando al mismo infinito, noches calurosas de septiembre. Las pocas ganas de dormir, que no ayudaban a las pocas horas de sueño, provocaron un fuerte insomnio.

Nunca se ha admitido que fue o que no fue real, pues no hay prueba alguna de que, en algún momento de vuestras cortas vidas, os habéis querido.


Es inútil fingir algo que solo esta en un sueño perdido.

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